Taller Residencial en Amalurra, Vizcaya – 20 al 23 de julio

A través de ella hemos podido comunicar nuestra afectividad, conectar con los demás y con la vida.

Cuando bailamos junt@s, nuestros cuerpos y  nuestros corazones se sincronizan. Esta vivencia nos abre a la confianza, nos estimula, nos inspira, nos invita a expresarnos auténtica y espontáneamente en el vínculo con los otros. Por ello, al danzar juntos la ilusión de separatividad se desvanece, nos sentimos parte de un cuerpo y un alma grupal que nos sostiene y nos guía.

En este taller vamos a explorar cómo la danza unifica al grupo y cómo el latido de la tribu transforma y sana aspectos personales y colectivos.